El color del cielo se debe a tres factores: a la composición de la luz, a la atmósfera y a nuestra fisiología.
La teoría del color,explica que la luz blanca está formada por la suma de todos los colores del arcoiris. Y que cuando vemos un objeto de un color es porque refleja ese color mientras absorbe los demás.
La luz del sol tiene que atravesar la atmósfera para llegar a nosotros, y aunque el aire puro es incoloro, pues todas las longitudes de onda lo atraviesan, las minúsculas partículas de polvo y de agua en suspensión, más pequeñas que las longitudes de ondas de la luz visible, no tienen tamaño suficiente para repeler la onda y solamente la desvian ligeramente de su camino original. Una y otra y otra vez. Es lo que se conoce como dispersión.
Ocurre que las longitudes de onda del extremo azul del espectro, al ser más cortas, son dispersadas en mayor medida que las del resto de colores, lo que confiere objetivamente un color azul-violeta a nuestro cielo.
Pero resulta que nuestros ojos captan el color a su manera.
Nuestros ojos poseen unos conos sensibles a solo tres colores: rojo, verde y azul. El resto de colores excita varios tipos de conos a la vez, o lo que es lo mismo, podemos obtener el resto de colores a partir de la combinación de esos tres. Y como nuestra vista es más sensible al color azul que al violeta, es éste el color que observamos al contemplar el cielo.
miércoles, 28 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario